Hacía tiempo que no me sentía completamente bien. Desde que te marchaste. Miro atrás y todo ha pasado, doy gracias porque ya no estás. Cada día me brinda una nueva oportunidad, un nuevo instante en el que poder ser feliz por todo el tiempo que no lo fui. Cientos de puertas se me insinúan espectantes de mis pasos, de mis movimientos.
Si he aprendido algo en todo este tiempo es que todo pasa por alguna razón, somos la suma de los hechos que han acontecido en nosotros. Quizá te deba más que tú a mí, quizá te deba estas ganas de luchar y de disfrutar de cada minuto como si nunca nos hubiéramos conocido.
Lo tengo claro. La felicidad está en mí, ¿por qué buscarla fuera? Primero yo, después yo, y si éso...yo.
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