miércoles, 7 de noviembre de 2012

Que rápido pasa el tiempo.

Hacía como un mes desde que te vi pasar. Ni hablemos de la última vez que me dirigiste una palabra mirándome a los ojos. Prefiero no recordar tu último mensaje.
Era como si el destino se empeñara en que no te volviera a ver. Aunque me moría de ganas de verte, haciendo caso omiso al dolor, agradecía que no fuera así.
Pero de pronto pasaste por aquella calle donde andábamos todas las tardes, y me contabas que tal marchaba tu ánimo, en continuo cambio.
Y allí estaba yo, detrás de los cristales tintados de aquel bar, con una taza en la mano, que hice vibrar. No caímos de milagro.
Creía todo apagado, pero no. Me di cuenta del caos que aun siento en mi interior.
Emociones a flor de piel era poco.
No me imagino como será el día en que tengamos que volver a cruzar una mirada. Después de tanto tiempo y esas cosas vividas. Prefiero no otorgarles una cantidad.
Sigues doliendo.

jueves, 11 de octubre de 2012

Día a día.


Me paso los días escribiendo el manual de qué hacer cuando las riendas llevan tu vida y no tú a ellas.
Ella comienza a decidir por sí misma, a hacer lo que el corazón le dicta. Empieza a no arrepentirse. A tomarse las salidas de los domingos con más calma.
Cada mañana el reloj suena a la misma hora, aún sigue siendo esa niña que se muerde los labios para no lanzarlo contra la pared. Cómo te anhela en su rutina. Te habías convertido ya en ella.
Sale a la calle, y lo primero que hace es mirar al cielo. Se pregunta qué le deparara hoy el día. Se acuesta pensando lo bonito que puede ser el futuro incierto. A pesar de lo que a todas horas le come por dentro.
Pasa el día soñando en la siesta que le espera hasta las tres y media. Incluso hace días que no miraba las fotos de hace unos meses. Miento. Hoy ha vuelto a caer.
Lleva escrito en su mente lo que quiere hacer,  y no lo que debe.
Ya le da igual romper a la gente. Se repite a sí misma que esta será la última vez. Pero nunca lo cumple.
Me paso los días pensando en por qué ahora que comienzo a decidir por mí misma, y hago lo que se supone que debería hacer, en lugar de lo que quiero, las cosas salen mal.
Ella debe aprender a borrar el deber y comenzar a querer/se.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Iba a llegar.

El día que empecé a quererte a ti, dejé de quererme a mi.
Y es que repetiría cada error, cada pelea, cada lágrima estando juntos. Vendería mi alma, que se encuentra rota, por volver a abrazarte y tener la certeza de que nunca te irás.
Sigo haciendo caso omiso de mi cabeza, y de la de los demás. Mi corazón te llama. Bajito. Tiene miedo, y no sé a qué.
Lo bueno de un corazón roto, es que no puede volver a romperse dos veces...

miércoles, 19 de septiembre de 2012

No lo permitiré.

No quiero vivir mirando atrás.
El problema de todo esto, es que el daño ya está hecho, que la herida necesita cicatrizar sin que la toquen, pero no la dejamos tranquila. Y yo soy la primera culpable.
¿En que día empezamos a destruirme? Me encuentro inmersa en un absoluto caos. Te has ido, y créeme, resulta muy triste ver que alguien a quien necesitas hace su vida sin ti.
No debo verte, sí quiero verte, no debo hablarte, sí quiero hablarte.
Se supone que empiezo a tomar decisiones por mí misma, y a la primera de cambio, todo sale mal. Olvidaré la desconfianza en mí por un momento. ¿Cuál es el límite? Creo que aun no lo he tocado, pero estaré preparada para ello. No mentía cuando decía que el primer amor era puro.
No quiero vivir muriendo por ti.

sábado, 25 de agosto de 2012

No lo cuidaste, no me cuidaste.

Cuanto más me mientes, más te quiero. Hice las cosas bien, lo sabes, tú no. Por eso ahora yo sufro y mientras tú me miras, y muestras esa indiferencia que hace que esto duela más. Nunca fui orgullosa, y dudo serlo. ¿Por qué? Siento que si me voy, me muero. Porque tú también te irías, y en sentido opuesto. Nunca podré prometerte amor eterno, pero lo que sí sé es que esto es puro. El primer amor es limpio. Con que poca maldad he actuado, y me viene de frente aquello de cuanto más haces, menos mereces. Sigue con este juego, que yo me engancho más. Que no es que no pueda olvidarte, es que no quiero. ¿Por qué resignarme? Aunque parezca que no, pienso con racionalidad. Tengo todas las cartas puestas sobre la mesa, pero no sé que hacer con ellas. Ni con mi vida. Estoy segura de que algún día me levantaré y me iré por voluntad propia. O lo más probable, que tú lo hagas para siempre, que yo me calle todas las palabras que ya has escuchado tantas veces, una vez más, y que no vuelvas a aparecer por aquí.
Y si ocurre eso, no sé que haré.
Pero debería estar preparada, por si acaso. Que el toro no me ha pillado, pero tú vas a ser más rápido que él. Me lo conozco, y lo peor es que te conozco. Mejor de lo que te piensas. Y sé que tú a mí.
Y poca gente me ha mirado y ha sabido tanto como tú.
Pero las cosas cambian, y sobre todo las personas. El tiempo me quitará la venda.
Y a la vida le pido que vuelvas y que te des cuenta de los errores que has cometido contigo, y probablemente, yo alguno que otro contigo. Que todo vuelva a empezar pero sin nada (nadie) que lo estropee. Y ese nada o nadie sois tú y tus miedos. Que se han quedado conmigo.
Y tú, te quedaste con mi corazón. Y algún día me lo devolverás, pero roto.
Y yo no sé si volveré a sentir.

Meses que han sido vida, que la han traído.

¿Qué debo pensar yo ahora? No sé ni cómo sentirme. Es lógico, todos sabemos que hace falta una mentira y ya todas las verdades se tapan los ojos. Mi cabeza dice que no puede soportar más esto. ¿Dónde se supone que puedo encontrar algo de honestidad? Porque en tus palabras no. Siempre he presumido de ella, pero con razones. Tus ojos han visto a los míos mojados demasiadas veces. Mis sentimientos siempre han sido como un libro abierto para ti. ¿Y todo eso para qué? Está claro que a mí no me ha beneficiado, cosa que a ti sí. Como ya te dije en su momento, hoy me duele, pero mañana todo esto serán experiencias. Lo que sí tengo por seguro, es que esto marcará un antes y un después. No sabes como te echo de menos, no sabes lo que te pienso. Lo que te quiero. Pero me digo a mí misma: tranquila, todo pasa.

miércoles, 25 de julio de 2012

Todos estarán si sonríes.

¿En eso se basa no? En reír los dos juntos cuando podamos, que el dolor viene sin que lo llames. Y encima ni te avisa, como un amigo que se presenta en casa tras tres meses sin llamar. Pues eso.
Dicen que amar significa no tener que decir nunca lo siento, así que tranquilo, que todo pasa, y más si estamos juntos. Los tiempos complicados tienen la capacidad de desnudar a las personas, de enseñar su verdadera naturaleza. La mía está completamente envuelta en ti.
No puedo prometerte que esto pase pronto, ni mucho menos. No me canso de repetir que cambiaría nuestros lugares inmediatamente aunque fuera sólo para tomar un respiro. Pero la vida no es tan fácil.
Lo único que sí puedo tener claro, y demostrar enteramente, es que pase lo que pase, somos dos, pero ahora, y más que nunca, debemos ser uno.

lunes, 9 de julio de 2012

Entre el bien y el mal.

Si te dijera que me siento funambulista, que me pongo en tu lugar y miro atrás, que me siento tú, (o eso creo), y el resto del tiempo me dejo arrastrar por ese mundo ideal que en ocasiones, me permites alcanzar.
Que soy el único peso que hay en esta balanza a la que he decidido otorgar el derecho y obligación de traer felicidad a esto que tenemos, que voy saltando de izquierda a derecha, que no quiero que se desequilibre. Es más, no lo pienso permitir. Y aunque esté cansada, me juré a mí misma que jamás me vencería.
Enséñame a distinguir entre el bien y el mal, entre lo bueno y malo que tiene esto. Que no sé lo que es, pero me gusta casi al cien por cien. Y el resto del mal que queda, cala tan hondo como el total de las maravillas que me haces ver, y no puede ser así. Otra de las tantas cosas que no pienso permitir. No ocurrirá, así me lo dije, así te lo dije.
Porque si a veces no sé cómo me siento, supongo que es porque todo está bien.
Quizá algún día deje de suponer, y tenga la certeza, pero mientras tanto, no me incomoda bailar entre dos aguas. Resulta agradable, te miro a los ojos, y dejo de hacerme preguntas. Qué extraño.
Y lo cierto es, que si tu pasado es el precio que tengo que pagar con tal de sentir tus manos sobre mi piel, tranquilo, soy toda tuya.

lunes, 18 de junio de 2012

¿Puro egoísmo?

Alguien dijo alguna vez, que aquello a lo que llamamos amor, no existe. Que es puro egoísmo. Basamos nuestro bienestar en buscar el equilibrio del otro, hallando así nuestra propia estabilidad, y a la vez, la del compañero y/o causante de nuestras preocupaciones y logros. Intentamos ocultarlo, intentamos engañarnos, pensando o considerándonos grandes altruistas, que, de forma desinteresada, valga la redundancia, apuesta a ciegas por la otra persona, cuando en realidad, lo único que busca es su propia felicidad. Ahí radica el error. Basamos nuestra felicidad en otra persona, cuando, como dijo Aristóteles, debemos encontrarla en nosotros mismos.
La vida está llena de errores. No todos pensarán así. De hecho, yo mezclaría ambas ideas.
El amor, como el egoísmo, produce felicidad. Pero a corto plazo. Los comienzos suelen ser difíciles, pero el hecho de avanzar, de conseguir determinados objetivos, permiten alcanzar el placer, el estado de realización personal que todos pretendemos alcanzar. Yo pienso que el amor, es egoísmo inverso. Muchas veces, las satisfacciones no llegan de forma inmediata. El renunciar a ciertas cosas por hallar la felicidad del otro, es a lo que considero como egoísmo inverso. Me encuentro en una situación en la que me da igual lo que pase, yo soy fuerte cuando tú no lo seas. Yo estaré cuando nadie esté, incluso me iré cuando creas que no me necesitas, sea cierto o verdad. Ahora mismo, renunciaría a mi vida porque volvieras a sonreír como hace unas semanas, y créeme, hallaría el placer en ello, aunque no supiera cual sería mi final, o cuando este no sea el que quizá me merezco/nos merecemos.
Sí es cierto que la felicidad debemos hallarla en nosotros mismos. Pero seamos realistas. Si yo estoy bien, estaré bien contigo. Eso hará que tú a la vez, sientas que merezca la pena. Y lo intentarás también por ti, y por los demás que están a tu alrededor. Al final, todo se resume a un ciclo en el que, queramos o no, entran a formar todos los demás. Queramos o no, somos seres sociales. Desde nuestros inicios. No nos engañemos. La felicidad y el amor existe. De hecho, si nos paramos a pensarlo, todas las palabras existen, sean o no por sí mismas, en nuestra imaginación o en la realidad. Siempre existe esa represión que nos obliga a pensar en que los demás son los que están equivocados, cuando no es así. Todo llega, tarde o temprano. Todo pasa, también.
Diría que todo es cuestión de tiempo. A cada uno le llega lo que se merece, está claro. No me digas que no has sido nunca feliz, porque no te creeré. No me digas que no has sentido nunca amor, o que no te lo han dado...

jueves, 14 de junio de 2012

La vida me cambió sin buscarlo.

Quizá sea el momento de hacer balanza -pensé.
Nunca me ha gustado hacer comparaciones, siempre me parecieron odiosas. En todo este tiempo me he limitado a pensar que probablemente, la vida, sólo sea un vaivén, y que lo único que debamos hacer sea mantener el equilibrio, soportar los jarros de agua frío como medianamente podamos.
He de reconocer, que no hay nada más bonito que levantarse una mañana, y ver como el sol sale porque tú te has levantado. Y tener esa certeza. 
Los cambios, puedo decir, que siempre son para bien. Que igual a todos nos han dado con la puerta en la cara, pero llega un punto en el que ya no.
Y sobre todo, tengo la suerte, o no, según como lo veamos, de haber conocido a esa persona que está claro que me ha encontrado, que me ha cambiado la vida, aunque probablemente yo no la suya. Pero, ¿y qué? Seguramente, antes me habría preguntado el por qué, si él ha podido, yo también podría. Pero olvida qué era la vida para mí antes. O mejor lo hago yo. Todos tenemos un papel. Hay dos clases de personas. Los que cambian nuestra vida, y los que somos marcados. A mí me tocó el segundo. No digo que sea mejor ni peor, simplemente, diferente. Quizá tendamos a pensar que es más doloroso, pero, ¿por qué? Dejemos a un lado el ego, el yo, no sabemos que puede pasar.
Algún día me gustaría hablar entre la diferencia de los dos tipos de personas que, a mi parecer, existen. Pero tengo que sentirme con fuerzas. Esto está siendo difícil, aunque bonito, sí...

sábado, 2 de junio de 2012

¿La extrañas?

Sé que aún la echas de menos. Que cuando coges mi mano recuerdas las veces en que eran las suyas, que cuando me besas y abres los ojos, por momentos, quien te gustaría tener frente a ti, no soy yo. Que cuando me muerdes, anhelas el sabor de su perfume, y no el mío. Y sobre todo, que cuando miras mis ojos, por mucho que se parezcan a los suyos, no te reflejan a ti de igual forma.
No es cuestión de ver quién tiene la culpa, sino que a veces, tú no eres la mujer de tu vida, del hombre de tu vida.
O sí, pero aún el tiempo no lo ha demostrado...

martes, 29 de mayo de 2012

Hacerme fuerte.

Me doy cuenta del daño que esto puede generar. A veces exploto, y la onda expansiva llega demasiado lejos. Puede que ahora me duela, y que me cueste. Es como nadar contra la corriente. Inconscientemente sí necesito depender de ti, pero es que no quiero. Por mucho que te quiera, por mucho que esto sea real. Si la vida me ha enseñado algo, es a no dar el corazón a nadie. El mío ha andado ya por demasiadas papeleras. Nunca tuve que llevarlo a un hospital, las heridas curan si no se tocan. Alguna que otra vez, sí, las toco, para ver si fue real. Eso me ayuda a ser más fuerte. No creo que deba pedir perdón por ello, pero querido, las personas, son una jodida mierda. Incluso yo puedo incluirme dentro de ahí, y tú seas la excepción, pero es una de las veces en las que no me gustaría arriesgarme, aunque sé que lo haré. Lo sé porque sé que lo siento, pero tu mejor que nadie.

Una y no más.

Por querer tener controlada la situación, ha vuelto a suceder. Envidio a los felices desinformados, pero es que mis labios no paran de preguntar constantemente. Quisiera que llegue un día que no fuera jueves, pero es que siempre estás en medio. Acepto el pasado (el suyo, o el vuestro), y entiendo que me toca (o nos toca) construir un presente lo suficientemente fuerte como para poder quemar lo anterior, aunque queden las cenizas. Debo tomar el control, y no sé que puedo perder por culpa de ello. A veces se me pasa por la cabeza dejar de luchar, aunque no sea lo que quiero, y que siga lo que fue, o que no lo haga. A ratos no puedo más, pero tranquilo, se me pasa. Ansío el día en el que todo eso deje de existir. Y que se pierda en la memoria, no quiero ni la nostalgia. Nada, que no quede nada.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Besar tu cuello.

Que si muero por ti, es cosa mía.
Por mi cabeza ronda la idea de arrancarte la camisa, de arañarte la piel, de vivir para besar tu cuello. Y es que mi lista de prioridades cambió, empezando por tu sonrisa y terminando también por ella. A mí misma, me perdí hace tiempo.
Algunas noches, siento que muero si no me dices te quiero.
Dejé de anhelar un siempre, ya estaba empezando a delirar. ¿Qué importa lo que vendrá? Yo me levanto cada día por beber de tus labios, lo demás me da igual.
A veces me pregunto por qué me has encontrado.

jueves, 17 de mayo de 2012

Sonríe, quiero que me veas crecer.

Por fin le he visto el encanto a lo de dormir con los rayos de sol cegando mi cara, y dejo que sean lo único que pasan por mi cabeza (a parte de tu sonrisa, y mira que la mía no hace otra cosa que copiarla, pero es tan difícil...). La idea de dormir con un solo calcetín tampoco se me hace rara, y es que prefiero los contrastes (como odiarte y amarte en intervalos de diez segundos). Los arañazos que me recorren hace tiempo que dejaron de resultar desagradables, y es cierto que mi cuerpo los pide a gritos (porque las ansias de que sean los tuyos los que me recorran no cesan, así que algo debo hacer). Así que fíjate, cientos de cosas han cambiado aquí. Cada amanecer me percato de cosas que antes se escapaban de mi entendimiento. Me encantaría preguntarte si has sentido lo mismo que yo, pero lo siento, soy de las que piensan que se vive mejor en la ignorancia. Pero, por pedir, pido que me veas crecer. Sólo eso. 
Es cierto que quiero tener todo de ti, que la reciprocidad tome sentido. Si hace tiempo que me siento vacía (porque todo lo mío dejo de serlo para convertirse en tuyo, o para huir de mí, quien sabe), tú me completas por momentos. Pero sólo por momentos. Aunque es mejor que nada, y sé que es lo único que puedo pedir. No hay más, y, aunque lo quiera, las cosas deben ser así.

jueves, 26 de abril de 2012

Que el mundo es un pañuelo, y yo lo llevo atado al cuello.

Nos volvemos a encontrar en el punto de partida. De aquel que salimos sin que nadie lo esperara, y menos yo. Es increíble las vueltas que da la vida. Y las ideas en mi cabeza. Probablemente todo vuelva a organizarse, y el caos en el que estamos inmersas desaparezca. Me estoy acostumbrando a vivir de decepciones y a esperar nada como mucho. Se supone que no deberíamos haber llegado a tanto, es que ni tengo ganas de verte. Pero lo que si es cierto es que varias ideas me rondan y me miran a los ojos, y algún día tendré que hacerle frente a ellas. Siempre he querido lo mejor para ti, yo misma era lo de menos. Y aunque siempre nuestros problemas acaban salpicando a los de alrededor, es el momento de que os podáis bañar en ellos, que yo, ya lo he hecho muchas veces. 

miércoles, 18 de abril de 2012

Valor.

Todos los sábados, a la misma hora, pierdo el valor que tenía en mí, y en ti. No creo que todo esto sea necesario. ¿Qué te parece pagar amor con dolor? El hecho de haber sufrido no nos da derecho a repetir la historia con otra persona. No todo tiene por qué ser igual. Las cosas cambian, las personas cambian. Es eso. Yo pretendo cambiar tu vida, pero tienes que dejarme. De nada sirve, pues mi porcentaje de entrega es inversamente proporcional al tuyo. Y créeme, sé que es difícil hablarle de esperanzas a aquel que las ha perdido.  Lo único que espero de todo es que no tengamos que aplicar de nuevo la ausencia del uno al otro para valorar lo que realmente importa.

Hacer balanza.

La verdad es que lloro más que río con esto, que he perdido demasiadas veces la batalla contra mi cabeza, pero también otras tantas la he ganado, y eso me ha hecho ver más allá. Debí prever que el camino iba a ser difícil, pero partiendo de que mis expectativas eran cero, mi asombro crece al ver como puedo ser capaz de llevar las riendas de mi vida por una vez. Muchas veces siento ganas de tirar la toalla, y me escondo en un lugar en el que ni yo misma sabría muy bien situar. Pero lo bueno de que las piernas hayan flojeado tantas veces, es que aprendes a saber qué hacer en estos casos. De nuevo toca mirar hacia atrás, ver todas las pisadas en el suelo, algunas borradas y otras que ni yo misma creo haber dado. Hacer balanza, que al fin y al cabo merece la pena. Pero sobre todo, a ese alguien que me dijo que no iba a ser capaz, debo decirle que me mire y vea en que momento me encuentro. Lo malo (o bueno), es que ese alguien, soy yo. No está mal de vez en cuando sentirse orgulloso de uno mismo. Al fin y al cabo, es lo único que voy a tener siempre. 

sábado, 14 de abril de 2012

Un día más.

Tener fe podría considerarse uno de los encantos de esta vida. Nunca sabrás que puede depararte, a dónde te llevará. Incluso podría atreverme a decir que es algo más universal, que engloba a todos los que quieren seguir adelante, los que tienen inquietudes. Incluso los que no las tienen. He de decir que no poseo ninguno de esos encantos a los que podría considerar de banales, por su carácter tópico, algo que desecharía de este mundo inmediatamente. Y nadie podría asegurar, tener la certeza de que la fe exista, aunque algunos la sintamos. Ahí está el encanto del que hablo. El mundo está cambiando, y por él andan muchos a los que podríamos llamar pobres de espíritu, que danzan o tal vez se esconden tras las sombras que creamos con nuestros actos, quién sabe si conscientes o no. Tener fe es algo de lo que no me atrevo a hablar. No sabría como describirlo, ni qué es. Otro interrogante más. Pero cuando la tienes, lo sientes, como otras muchas cosas. Y también creo que es algo que las personas llevan o no, que va en su espíritu y que hace que no sean pobres como otros tantos. En el mundo en el que vivimos, el que va sin fe, por hacer una comparación (odiosa o no), podría semejarse a aquel individuo que llega a una ciudad nueva. Y ahí tienes la sensación de que no te conoces ni a ti mismo. La diferencia está en que los que tienen fe si lo consiguen, y de hecho ya lo hacen aunque no lo sepan. Hay demasiadas cosas que no sabemos, y esta es una de ellas. Siéntete privilegiado o no, porque no es para menos.

Interrogantes.

La vida pasa demasiado deprisa. Y un día se levanta con las gafas ralladas y ya no te mira igual. O quizá soy yo. En ese momento, ¿qué se te pasa por la mente? A mí, no sabría decirte. Hace tiempo que perdí cuenta del tiempo. ¿Cómo estamos? No lo sé realmente. Imagino que bien. ¿Es esta la vida que quiero para mí? Veo las cosas demasiado cerca, pero lejos a la vez. ¿En qué tengo que pensar ahora? Lo más fácil sería no hacerlo. Luego me vengo a mí misma con que arriesgar no debe estar mal, nunca lo he hecho. ¿Qué se siente? Hace tiempo que perdí la cuenta del tiempo preguntándome acerca de lo que quiero en mi vida. Y de lo que tengo. Y de lo que permanece. Pero aún no le encuentro respuestas. Supongo que esa es la gracia de esto, ir descubriéndolo poco a poco. La vida me tiene muchas cosas preparadas y creo que son inmediatas, las veo escondidas tras los muros cuando cierro los ojos. Y me miran, y yo debo hacer lo mismo.

lunes, 2 de abril de 2012

No tengas miedo.

"‎- Tengo miedo de que si me quitan mi corazón no podré quererte de la misma manera
- Se quiere con la cabeza y con el alma, lo del corazón es un decir
- ¿Entonces por qué me duele cuando no estoy contigo?"

viernes, 30 de marzo de 2012

Eres tú el culpable de todo esto.

Hace tiempo que olvidé distinguir entre lo que está bien y lo que está mal. Hace tiempo que me obligo a no pensar. A vivir, a aprender que las cosas no tienen significado por sí solas. Que por mucho que lo intentemos, las cosas pasan, somos esclavos de nuestro propio correr de horas, de lo que llamamos destino. Hace tiempo que pienso que sí que existe algo con ese poder igualador en el que tantos han dejado de creer. Llámalo Dios, llámalo karma, llámalo ying yang... Pero sobre todo, si hay algo que me ha enseñado el tiempo, es a tener fe en ti, a creer que esto está pasando por algo. Que la confianza ni se compra ni se vende. Que jamás he de defraudar a aquel que cree en mí. Y te prometo no hacerlo. Aunque a veces sienta que tú puedes hacerlo. Esto es bonito sí, pero da mucho miedo... Sobre todo sé que estoy aprendiendo y por qué no también, creciendo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Dejemos de pensar tanto.

Si reconozco que los hechos me han pillado totalmente desprevenida, debo asumir que no estaba preparada para ellos. Me equivoqué cientos de veces con el mismo tema, la piedra seguía ahí. Las cosas eran buenas o malas, no podía dejarlas pasar como si nada. En verdad nada tenía importancia, pero como siempre, ahí estaba yo para dársela. Reconozco que a veces no te quería ni ver, pero que cuando te veía se me paraba el mundo. Y cuando te fuiste se me derrumbó, y al día siguiente volvió a salir el sol. Otros días amanecen con nubes, otros simplemente no lo son. Quién sabe, esto es más de lo que podía pedir. Sí, puede que yo te haya devuelto la confianza, pero tú me has dado la vida, y mira que debería sentirme orgullosa, pero es triste pensar que he estado muerta tanto tiempo. ¿Suena demasiado drástico? Sí, quizá no debamos exagerar tanto las cosas. El problema está ahora en que no quiero que te vayas, porque si te vas, todo eso va a volver, todos los miedos lo harán. No quiero volver a ver esos fantasmas. Y aunque me digas que no pienso tanto, eres tú el primero que lo haces. Entonces, ¿cómo quieres que sea fuerte por los dos si a veces no veo nada claro? No pretendo que me entiendas, es que ni siquiera lo puedo hacer yo misma. A todo esto, ya ni me acuerdo ni lo que quería decirte aquí. Si dejamos que la corriente nos arrastre, ¿qué pasará? Es lo que siempre hemos hecho, aunque digas que no...

viernes, 23 de marzo de 2012

Feel.

Hay cosas que debería y no debo. Debería perderme para encontrarme yo misma, o para que me vuelvas a encontrar. Odio no formar parte del grupo de los valientes, y aunque la mejor solución no es salir corriendo, he de confesar que ganas no me faltan. Cuando me giro, a veces te veo, y otras tantas no. Y eso me asusta. Por otra parte, las huellas que van quedando son menos de las que yo creí que deberían quedar. Ahí está el fallo, en creer. En creer en ti, en creer en los demás. Y de no hacerlo en mi misma. A partir de hoy, a partir de esto, me gustaría prometerme a mí misma que las cosas van a cambiar. Que no debo dejar que mis inseguridades limiten mi vida, y no me dejen crecer contigo. Y sobre todo poder disfrutar de esto. Vivir para bien o para mal, que al fin y al cabo es lo que importa. Pero como siempre pasa, las promesas son como las palabras, que vuelan más rápido de lo que uno piensa. También dicen que hace más el que quiere, que el que puede, así que ya se sabe. Dejar a un lado la conformidad, esa es la meta de todo esto...

viernes, 16 de marzo de 2012

Cada vez esto es más grande.

Si cada noche noto como se me desgarra el alma, si cada noche vuelvo a empapelar mi mente con el recuerdo, si cada noche es tiniebla, no temo por mí. Ni el dolor es temporal, ni el mismo tiempo lo es. Si cada noche se repite, algún día estropeará al cielo o le hará perder su luminosidad. Y quizá las lágrimas sean más infinitas que lo que las estrellas lo serán algún día. Pero la vida también está hecha de cosas buenas, por llamarlas de alguna forma, que algún día te encuentran. Y si te encuentran de día, apagan tus noches. Y ya nada más se repite, nada malo. Nada que duela, nada que sufra o sufras. Porque por mucho que no se quiera siempre hay algo que es necesario. Deja que la felicidad te roce con sus labios aunque luego se vaya. Al fin y al cabo todo merece la pena. Ni llorar es tan malo, ni reír tan bueno. Algún día dejaremos de ser esclavos de los tópicos, aunque hasta que ese día llegue, cosa que lejana queda, dejémonos encontrar, agarrar. 

miércoles, 14 de marzo de 2012

Diferentes estados.

Cada día surgen cientos de limitaciones, cada vez costará más saber cuando parar, o cuando echar a correr. Y ¿cuántas veces pierdes la cuenta de las gotas de pánico y miedo que entran en tu cabeza? Y lo malo es que no quieren salir de ella... Constantemente somos bañados por jarros de agua fría, pero es que a veces te quema. También está lo de ahogarse en un vaso de agua, o lo de crear montañas de arena y perderte en ellas por el puro placer de eso, de perderse. Y cómo olvidar la inseguridad, al no creer estar preparados para todo lo que se te va a echar encima. Es increíble la capacidad que tenemos para saber ver las cosas malas, negativas.
Pero la verdad está en que cada día es una nueva oportunidad de sonreír, de que merece la pena levantarse porque sé que tus ojos me van a mirar. ¿Y no es todo eso suficiente? Todos tenemos motivos, y el mío eres tú.

lunes, 5 de marzo de 2012

Palabras por los ojos.

Sé que nunca encuentro las palabras adecuadas para expresarme, y mira que siento explosiones en el corazón y en la mente cada segundo. Estos últimos días no he podido dar lo que esperabas de mí, o lo que más bien yo esperaba, porque entre tú y yo, me exijo mucho más de lo que debería, y de lo que puedo. Pero a pesar de eso, tú sigues estando aquí, y es que a veces mi mente necesita liberarse, y si no encuentra a las palabras, busca otros medios. Cuando el miedo me llama, cuando no tengo ganas de nada, cuando no puedo parar de llorar, pienso en ti, y se me pasa. No eres consciente de lo que has hecho con este corazón. Y es que me das más de lo que debería. Me da demasiado miedo sentir esto, pero oye, es que aunque me asuste, te quiero. 

viernes, 24 de febrero de 2012

¿Sabes qué te pasa?

Y es que cuando lo tienes todo, quieres más. Pero no puede ser, al menos ahora. Abre los ojos, ¿qué más se puede pedir? Empiezas a contar y todo hasta ahora parece insuficiente. Siempre supe que habías sabido ver lo mejor de mí, pero es increíble, ¿cómo he podido llegar a la conclusión de que estamos hechos de egoísmo puro y duro? Quizá yo sea en este momento la representación de eso, o tú, aunque la verdad, no quiero echarte las culpas de esto. Crecer significa dejar cosas por el camino, saber ver más allá del tiempo pasado... Y que conste que nunca creí que cualquier tiempo pasado fuera mejor, pero parecer ser que contigo sí es así... Y no me gusta, porque como te vayas te vas a llevar un pedazo de este corazón que ahora me doy cuenta de que es insano. Y tus palabras son placebo para mis oídos y heridas, pero mira, sé que son mentira...

jueves, 2 de febrero de 2012

Que equivocados estábamos.

Que el tiempo se encarga de tomar las decisiones que no somos capaces de tomar, está teniendo sus cosas buenas. Y es que aunque tú no te des cuenta, me has encontrado, porque quizá no andaba muy perdida, ya sabes como soy, pero estaba claro que me hacías falta y yo no lo sabía. Que tú no creas en el destino no quiere decir que él no pueda actuar sobre ti, o sobre nosotros, y lo ha hecho, más que nunca. ¿Dónde has estado todo este tiempo? Quién sabe, pero no te vayas. Sabes que no te pido nada más...Porque a veces estaría bien tener alguien con quién tumbarse en el suelo, y yo te tengo. Y que conste que no quiero hablar de posesión ni de necesidad, pero siento decirte que cada día esas ideas rondan más mi cabeza...

martes, 31 de enero de 2012

Subiendo, bajando.

Mira que creía que no, pero la vida está dando demasiadas vueltas. Y me estoy mareando ya... Pero el problema no está ahí. Yo quiero que me agarres si me caigo o incluso que me cojas de los brazos y aprendamos a volar. Demasiadas cosas pido yo. La vida transcurre y no habría imaginado nunca pasar esta etapa contigo, pero, ¿sabes? Espero que sea mucho más, y que sólo sea un principio, que lo mejor está por llegar. Que vamos a disfrutar de las vistas como nadie, de miles de horas metidos en tu coche deseando que no se pasen, y de caricias en mi pierna. Que aunque no lo creas, eres  tú el que me has encontrado, y está claro que es por algo. Que sensación más bonita, que raro todo...

lunes, 23 de enero de 2012

Nadie lo sabe.

Y mientras, el calendario tacha los días él solo, y las agujas del reloj de mi mesilla te reclaman por no poder pasar su tiempo sobre ti. Tarde o temprano las cosas cambian, y los imposibles van cambiando de serlo a no antes de que me de cuenta de como están. Para mí nunca más serán las nueve de la noche hasta que no vuelvas, ya lo sabes. Siento tantas cosas, pero sobre todo, siento no poder decir como me siento. Métete en mi cabeza, aunque de hecho ya lo estás, y haz que esto cambie. Odio al tiempo por tener que ser el culpable de qué tiene que pasar con nosotros. Nosotros somos dos, ¿por qué meter a nadie más?

miércoles, 18 de enero de 2012

Imposible.

El día que se marchó, el mundo quiso retirarse. Su mundo. O suicidarse, muy bien no lo sabía. Las ventanas comenzaron a chillar a la calle ese vuelve que no podía salir de ella, y los cristales lloraban cada noche helada, lo fuera o no. El invierno había llegado de veras. Las sábanas se arrastraban por el suelo buscando su perfume como cada mañana, y sus juegos de pies,... y ansiaban robarle caricias sintiéndose ellas mismas piel. Pero la certeza de que aquella voz no volvería, era insostenible cuanto menos. Y el mundo no quería saber nada de nadie, ni ella misma. Esos ojos no eran los suyos, y el adiós que llevaba escrito no dejaba un resquicio a los puntos suspensivos. A veces uno se pierde, y dime de qué manera puede encontrarse.

martes, 17 de enero de 2012

No he buscado a nadie, llevo días búscandome yo...

"La felicidad real siempre aparece escuálida por comparación con las compensaciones que ofrece la desdicha. Y naturalmente la estabilidad no es, ni con mucho, tan espectacular como la inestabilidad. Estar satisfecho de todo no posee el encanto que supone mantener una lucha justa contra la infelicidad, ni el pintorequismo del combate contra la tentación o contra una pasión fatal o una duda. La felicidad nunca tiene grandeza"

lunes, 16 de enero de 2012

No llores porque acabó...

Quizá no sea nuestro momento, o existan más motivos de los que pensamos para que esto acabe así. Es una de las pocas veces en las que no he sabido que decir, y menos aún qué hacer. No sé si hablarte, no sé si no... No sé nada. Y lo que más me duele es este no saber qué hacer, son estas dudas. Incertidumbre puede ser la palabra. La cosa está ahí, yo veo puntos suspensivos y el punto y final es más que claro. Yo me inclino con la balanza hacia las cosas buenas, y el peso de las malas ha caído sobre ti. Lo que tú no pensabas es que al final caería en mí. Causa-efecto... Odio las consecuencias de todo esto, quizá me arrepienta de no haber empezado esto antes aunque acabara igual de pronto. No he podido ser más feliz, a pesar de las dudas, de las diferencias...malditas diferencias. Ahora toca un cambio, otro más. Estoy harta de cambios... Estoy harta de rutina también. Vuelvo a repetir que no sé lo que quiero. Bueno, sí lo sé, te quiero a ti otra vez aquí, aunque no sea lo mejor para los dos. Aunque nos merezcamos otras cosas, aunque nuestro tiempo se acabara... Me da igual hacerme daño. Pero en el fondo no quiero...
¿Qué es lo mejor para los dos?
Te repetiré mil veces que lo que tú creas que es lo mejor para mí no tiene por qué serlo. Déjame decidir a mí un poco, tengo que llevar las riendas de mi vida...Aunque ahora mismo no sé muy bien como llevarlas.

domingo, 15 de enero de 2012

Quizá todo cambie.

Al principio, cuando sucede algo para lo que no creíamos estar preparados, nos derrumbamos de tal modo que pensamos que el tren no va a pasar más veces, cuando en realidad estamos equivocados; esto significa el comienzo de algo nuevo. Las cosas se acaban porque si no no podrían empezar otras mucho más buenas...aunque no lo queramos ver. Y duele, claro que duele, pero el tiempo me acabará dando la razón.

sábado, 14 de enero de 2012

Olvídame...

El amor no existe. Pero los humanos somos capaces de crear cualquier cosa. Sea lo que sea. Y claro, pasa que el creador algún día se maravilla de su obra. De su creación. Y aunque a él le guste contemplarla, tarde o temprano se olvidará de admirarla, y ella quedará sola y sin saber como desaparecer. Enséñame a desaparecer...No quiero hacerle frente a los problemas...

miércoles, 11 de enero de 2012

Te quiero como nunca.

Es extraño... Hoy siento que te he perdido, que todo ha cambiado. Y el mundo no hace otra cosa que recordarmelo... Dime qué ha podido salir mal. Es eso lo que me mata. El dolor acabará consumiéndome. Tantas cosas por hacer, tantos papeles guardados, no sirven de nada. Yo lo que quiero es tenerte a mi lado, sentir que nunca te fuiste, creo que no es mucho pedir. Esto nunca ha acabado, es sólo el principio. Esto nunca ha empezado, es que ya me sabe a poco. 
Estoy totalmente enloquecida... ¿Soltarme? Nunca. Quizá no fue buena idea darme alas tan pronto, o eso es lo que quieres hacerme creer. Estás totalmente equivocado. No tengo por qué... "No quiero morirme de ganas de verte..."

Hoy no es mi día...

Está claro que yo siempre tengo que estar para todo el mundo, y ya me estoy cansando. Últimamente no tengo ganas de hablar con ninguno de vosotros, entendedlo, ni de oír vuestros lamentos, no quiero limpiaros las lágrimas. Por una vez quiero que lo hagáis conmigo, o quién sabe, a lo mejor es mucho mejor que lo haga yo sola. Para hacerme fuerte. Esto no puede seguir así. Si cada día voy a estar peor, no merece la pena. Pensaba que sí, pero no. Creía tener paciencia. Creía tantas cosas... Creía en ti, pero ya no sé si lo hago.O igual no de la misma forma, y créeme, es diferente. Todo lo será como no paremos...

miércoles, 4 de enero de 2012

Perfecto.

Tengo miedo de que esto algún día cambie. Gritaría que soy feliz, pero con que lo sepas tú me basta. Se nota. Tengo miedo de no ver esa sonrisa que te sale cada vez que me ves, que no me digas "beso" antes que cualquier otra cosa por las noches, sí, las noches, no quiero que nunca dejen de llegar las nueve y no salir a buscarte. No quiero tantas cosas, y deseo otras muchas. 
Tengo miedo de decir que te quiero y no escuchar nada detrás, sé que es pronto, pero qué fácil es sentir esto. Nunca creemos en que pueda llegar este momento.
Gracias por enseñarme que las cosas son fáciles, que sólo somos nosotros los que lo complicamos...