jueves, 26 de abril de 2012
Que el mundo es un pañuelo, y yo lo llevo atado al cuello.
Nos volvemos a encontrar en el punto de partida. De aquel que salimos sin que nadie lo esperara, y menos yo. Es increíble las vueltas que da la vida. Y las ideas en mi cabeza. Probablemente todo vuelva a organizarse, y el caos en el que estamos inmersas desaparezca. Me estoy acostumbrando a vivir de decepciones y a esperar nada como mucho. Se supone que no deberíamos haber llegado a tanto, es que ni tengo ganas de verte. Pero lo que si es cierto es que varias ideas me rondan y me miran a los ojos, y algún día tendré que hacerle frente a ellas. Siempre he querido lo mejor para ti, yo misma era lo de menos. Y aunque siempre nuestros problemas acaban salpicando a los de alrededor, es el momento de que os podáis bañar en ellos, que yo, ya lo he hecho muchas veces.
miércoles, 18 de abril de 2012
Valor.
Todos los sábados, a la misma hora, pierdo el valor que tenía en mí, y en ti. No creo que todo esto sea necesario. ¿Qué te parece pagar amor con dolor? El hecho de haber sufrido no nos da derecho a repetir la historia con otra persona. No todo tiene por qué ser igual. Las cosas cambian, las personas cambian. Es eso. Yo pretendo cambiar tu vida, pero tienes que dejarme. De nada sirve, pues mi porcentaje de entrega es inversamente proporcional al tuyo. Y créeme, sé que es difícil hablarle de esperanzas a aquel que las ha perdido. Lo único que espero de todo es que no tengamos que aplicar de nuevo la ausencia del uno al otro para valorar lo que realmente importa.
Hacer balanza.
La verdad es que lloro más que río con esto, que he perdido demasiadas veces la batalla contra mi cabeza, pero también otras tantas la he ganado, y eso me ha hecho ver más allá. Debí prever que el camino iba a ser difícil, pero partiendo de que mis expectativas eran cero, mi asombro crece al ver como puedo ser capaz de llevar las riendas de mi vida por una vez. Muchas veces siento ganas de tirar la toalla, y me escondo en un lugar en el que ni yo misma sabría muy bien situar. Pero lo bueno de que las piernas hayan flojeado tantas veces, es que aprendes a saber qué hacer en estos casos. De nuevo toca mirar hacia atrás, ver todas las pisadas en el suelo, algunas borradas y otras que ni yo misma creo haber dado. Hacer balanza, que al fin y al cabo merece la pena. Pero sobre todo, a ese alguien que me dijo que no iba a ser capaz, debo decirle que me mire y vea en que momento me encuentro. Lo malo (o bueno), es que ese alguien, soy yo. No está mal de vez en cuando sentirse orgulloso de uno mismo. Al fin y al cabo, es lo único que voy a tener siempre.
sábado, 14 de abril de 2012
Un día más.
Tener fe podría considerarse uno de los encantos de esta vida. Nunca sabrás que puede depararte, a dónde te llevará. Incluso podría atreverme a decir que es algo más universal, que engloba a todos los que quieren seguir adelante, los que tienen inquietudes. Incluso los que no las tienen. He de decir que no poseo ninguno de esos encantos a los que podría considerar de banales, por su carácter tópico, algo que desecharía de este mundo inmediatamente. Y nadie podría asegurar, tener la certeza de que la fe exista, aunque algunos la sintamos. Ahí está el encanto del que hablo. El mundo está cambiando, y por él andan muchos a los que podríamos llamar pobres de espíritu, que danzan o tal vez se esconden tras las sombras que creamos con nuestros actos, quién sabe si conscientes o no. Tener fe es algo de lo que no me atrevo a hablar. No sabría como describirlo, ni qué es. Otro interrogante más. Pero cuando la tienes, lo sientes, como otras muchas cosas. Y también creo que es algo que las personas llevan o no, que va en su espíritu y que hace que no sean pobres como otros tantos. En el mundo en el que vivimos, el que va sin fe, por hacer una comparación (odiosa o no), podría semejarse a aquel individuo que llega a una ciudad nueva. Y ahí tienes la sensación de que no te conoces ni a ti mismo. La diferencia está en que los que tienen fe si lo consiguen, y de hecho ya lo hacen aunque no lo sepan. Hay demasiadas cosas que no sabemos, y esta es una de ellas. Siéntete privilegiado o no, porque no es para menos.
Interrogantes.
La vida pasa demasiado deprisa. Y un día se levanta con las gafas ralladas y ya no te mira igual. O quizá soy yo. En ese momento, ¿qué se te pasa por la mente? A mí, no sabría decirte. Hace tiempo que perdí cuenta del tiempo. ¿Cómo estamos? No lo sé realmente. Imagino que bien. ¿Es esta la vida que quiero para mí? Veo las cosas demasiado cerca, pero lejos a la vez. ¿En qué tengo que pensar ahora? Lo más fácil sería no hacerlo. Luego me vengo a mí misma con que arriesgar no debe estar mal, nunca lo he hecho. ¿Qué se siente? Hace tiempo que perdí la cuenta del tiempo preguntándome acerca de lo que quiero en mi vida. Y de lo que tengo. Y de lo que permanece. Pero aún no le encuentro respuestas. Supongo que esa es la gracia de esto, ir descubriéndolo poco a poco. La vida me tiene muchas cosas preparadas y creo que son inmediatas, las veo escondidas tras los muros cuando cierro los ojos. Y me miran, y yo debo hacer lo mismo.
lunes, 2 de abril de 2012
No tengas miedo.
"- Tengo miedo de que si me quitan mi corazón no podré quererte de la misma manera
- Se quiere con la cabeza y con el alma, lo del corazón es un decir
- ¿Entonces por qué me duele cuando no estoy contigo?"
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