sábado, 14 de abril de 2012
Interrogantes.
La vida pasa demasiado deprisa. Y un día se levanta con las gafas ralladas y ya no te mira igual. O quizá soy yo. En ese momento, ¿qué se te pasa por la mente? A mí, no sabría decirte. Hace tiempo que perdí cuenta del tiempo. ¿Cómo estamos? No lo sé realmente. Imagino que bien. ¿Es esta la vida que quiero para mí? Veo las cosas demasiado cerca, pero lejos a la vez. ¿En qué tengo que pensar ahora? Lo más fácil sería no hacerlo. Luego me vengo a mí misma con que arriesgar no debe estar mal, nunca lo he hecho. ¿Qué se siente? Hace tiempo que perdí la cuenta del tiempo preguntándome acerca de lo que quiero en mi vida. Y de lo que tengo. Y de lo que permanece. Pero aún no le encuentro respuestas. Supongo que esa es la gracia de esto, ir descubriéndolo poco a poco. La vida me tiene muchas cosas preparadas y creo que son inmediatas, las veo escondidas tras los muros cuando cierro los ojos. Y me miran, y yo debo hacer lo mismo.
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