Que si muero por ti, es cosa mía.
Por mi cabeza ronda la idea de arrancarte la camisa, de arañarte la piel, de vivir para besar tu cuello. Y es que mi lista de prioridades cambió, empezando por tu sonrisa y terminando también por ella. A mí misma, me perdí hace tiempo.
Algunas noches, siento que muero si no me dices te quiero.
Dejé de anhelar un siempre, ya estaba empezando a delirar. ¿Qué importa lo que vendrá? Yo me levanto cada día por beber de tus labios, lo demás me da igual.
A veces me pregunto por qué me has encontrado.
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