martes, 29 de mayo de 2012
Una y no más.
Por querer tener controlada la situación, ha vuelto a suceder. Envidio a los felices desinformados, pero es que mis labios no paran de preguntar constantemente. Quisiera que llegue un día que no fuera jueves, pero es que siempre estás en medio. Acepto el pasado (el suyo, o el vuestro), y entiendo que me toca (o nos toca) construir un presente lo suficientemente fuerte como para poder quemar lo anterior, aunque queden las cenizas. Debo tomar el control, y no sé que puedo perder por culpa de ello. A veces se me pasa por la cabeza dejar de luchar, aunque no sea lo que quiero, y que siga lo que fue, o que no lo haga. A ratos no puedo más, pero tranquilo, se me pasa. Ansío el día en el que todo eso deje de existir. Y que se pierda en la memoria, no quiero ni la nostalgia. Nada, que no quede nada.
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