Fluir… Como el agua derramada por culpa de unas manos temblorosas incapaces de sostenerse ni a sí mismas, o como el aire moviendo tu pelo, cada mechón que tanto enredé… Y me enredaron.
O empezar. Como lo hace el día, o en su inversa, la noche. O como las lágrimas de todas esas almas que sí han conseguido vivir en las nubes, que las convierten en algo llamado lluvia, viéndolo desde un punto de vista más metafórico…
Y saltar. Como hace cada célula de mi cuerpo cada vez que te mueves. Como los canguros en Australia. Como las chispas cada vez que nuestras miradas se juntan…
-Que se interpondrán cientos de muros en mi camino. Pero llegarán vallas. Y si no las puedo saltar, volveré la vista atrás, seguro que hay alguien dispuesto a ponerme alas y enseñarme a volar.