jueves, 25 de agosto de 2011

Bye bye, NUNCA JAMÁS.

Sus ojos se abren una vez más. Como cualquier día. Pero la luz que entra por la cortina no es la misma. Se torna diferente en su mirada. 
Y las palabras ya no le suenan igual,  no quiere más promesas de días claros. Oye los vientos de tormenta cantados a capela por unas nubes que se han levantado con el pie izquierdo. Febrero ya le sonará triste. Y no todas las sonrisas sonarán a gloria, ni todas las lágrimas a miedo. 
Curiosidad por lo desconocido llenará las páginas de un futuro quizá no tan cercano. Y es que pasa que Peter un día se fue de su lado. Y vendrán días rojos, verdes, magentas y celestes. Y otros no tan vivos. Y otros incoherentes. Y otros tantos. 
Y llegó el momento de no hablar ni de imposibles ni de siempres, ni de nuncas. Que ya no sólo se hundirán los barcos. Se acabaron los viajes a las estrellas con trasbordo en la Luna. Se acabaron tantas cosas…


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