Cuántas veces, hemos querido darle un nuevo giro a nuestras vidas. Asfaltar un nuevo camino, y poner un cartelito de madera: Final indefinido, tantos Km. como tú desees. Girar el timón de nuestro barco 360 grados, izar las velas, viento del Sur, y navegar hacia un nuevo puerto.
Aunque muchas veces, tenemos miedo a los cambios. Quizá miedo a ser felices, miedo a intentarlo, miedo a buscar nuevas metas, a realizar nuevos sueños. A sufrir, pero también a ser felices. Miedo, a conocer a alguien que le dé más sentido a nuestra vida, que nos coja de la mano, y nos indique el camino a seguir. Alguien que esté ahí cuando nos encontremos una piedra en el camino.
Nunca es tarde para cambiar, para buscar nuevos horizontes, y cuando sientas que es tu momento, hazlo. Porque más vale equivocarse de algo que se ha hecho, que no de algo que has dejado en interrogante, por miedo a que ocurrirá. Es bueno saber el final de lo que nos sucede, incluso si se puede, pintarlo. Pinta tu final, invéntatelo. Quizá sólo tengas esta página en blanco…
-Pensemos, imaginemos, reflexionemos... Nunca es tarde.
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