lunes, 11 de julio de 2011

Poco a poco.


Y es que he aprendido que no hay mejor luz que la de la luna bañando tu sonrisa, ni mejor paisaje que los pocos lunares de tu piel. Que no hay mejor concierto que los sonidos de miles noches de desenfreno, ni mejor música que tus carcajadas. Que la distancia entre tus brazos y los míos ha de ser cuanto menos mínima. Que al arcoíris le falta el color de tus ojos. Que no hay mejor abrigo que tu piel, ni mejor sabor que tus labios.

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