Si soy sincera, creo que estoy tan bien, que ni yo misma me lo creo. Harta de tantas subidas y bajadas, mi montaña rusa particular ha decidido parar, y bien alto, donde mi pelo se mueve, como las hojas de los árboles caen en otoño, de manera suave, precisa... Donde tengo frente a mí todo lo que quiero, como el cielo abierto, como cientos de oportunidades nuevas que llaman a mi puerta. Y sí, soy yo quien decide si abrir o no. Si mirar por la mirilla, si hacer como que no estoy...
He aprendido que los cambios siempre son buenos, da igual como los veas, párate a pensarlo.
Ya sé que cada día es una oportunidad nueva de ser feliz, que depende de mí, solamente. Y es lo que intento llevar a la práctica. Aunque sea difícil, porque sé que no todo es tan fácil como parece.
Pero quiero intentarlo. No sé si hoy o mañana. Aun no lo sé.
Lo único que puedo decir, es que me gustaría dejarme llevar, debería permitírmelo a mí misma, pero esto es demasiado complicado. O quizá soy yo la que lo hace así...
Como tu bien dices, las cambios siempre son buenos; así que déjate llevar... Es un cambio, seguro que será bueno :)
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